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sábado

Apostólica sensación veraniega en el paladar .

o desde ni un veinte ni un treinta



Su nombre es amargo. No tiene buena acogida ante la mirada de nadie
y a mí sin embargo en estos días me parece suave , sutil ,a la fuerza , pero dulce.
Dulce como una golosina que sin deleitarla por completo en el paladar me deleita a mi de tan solo mirarla y observar las benditas oportunidades que me da...
( que apostólica-romana me he vuelto las ultimas tres horas)
En fin.
Una tarde de paseo
y la pobreza de la que ostento se hace presente en esos panoramas llenos de un no sé que y de bolsillos vacíos , de invitaciones que caen como regalos y que se aprecian mucho más que con los bolsillos llenos encerrada entre cuatro paredes.
Creo que la incomunicación me sirvió para abrir paso auna nueva dimensión de las palabras y los artificios, de los recuerdos y de la sensibilidad que me trae la llena luna que esta sobre mi cabeza.
Ha sido extraño .
Si como siempre. me extraño de lo extraño y luego lo extraño

Aun te recuerdo. Aveces. Sobretodo en fechas como estas con la luna allá arriba. Pero pasa.
Estoy con la vista al frente ya.


excepto . Excepto cando esos ojos...
si cuando esos ojos se sorprenden tal como yo al mirarlo.
Hay un niño que se quedo ahí encerrado. Porque nunca volví a querer a alguien de esa forma.
Nunca mirando hacia arriba .Preguntándome que hay sobre la capa de agua que me envuelve.
No me abraces. por favor.
Mira la hora...se nos hizo tarde a ambos
Sí.También me sabes dulce.
No se donde quedaron mis zapatos esa mañana que partí.
y acabo de descubrir que también se me quedaron unas llaves.
Aveces creo que las oigo sonar.
Pero de todas las casas que he tenido . Esa es la única que no he podido cerrar.

ya no digo más.
se me acaba el aire.

1 comentario:

Anónimo dijo...

ahora soy yo el yo que se mete al tuyo
hay que dejar mas cosas olvidadas en las casas de las que uno se apropia
sino, para que volvemos?